Nada de segundos ni de terceros.
Uno. Absoluta y definitivamente uno.
Porque cuando el amor verdadero llega a tu vida,
es ese el momento donde debes renunciar al resto, a todos los demás.
Ninguna excepción, ninguna diferencia, ninguna comparación, nada de nada.
Es una persona, sólo una persona, aquella la cual vas a amar tanto
que la vas a sentir incomparable a cualquier persona más que pueda existir en este mundo.
Es así como tampoco podrás diferenciarlo de otros,
porque sentirás que es único, perfecto para ti y sólo para ti.
Es muy simple.
Tanto para decirlo, como para hacerlo.
Porque es una acción que es concretada directamente desde nuestro corazón.
Porque cuando se elige a alguien, se renuncia completamente al resto.
Sin peros.
Sin tiempos.
Sin nada de nada.
Porque cuando uno se enamora, no siente la necesidad de fijarse en nadie más.
Ni mucho menos de elegir.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario