Se rompieron el corazón de mutuo acuerdo.
No pueden estar juntos.
No quieren estar juntos.
Porque si en verdad lo quisieran lo intentarían todo.
Pero no.
Ambos son sensatos, realistas y demasiado románticos
como para arriesgarse a perder todo "sólo" por intentarlo...
Te entrego mi alma, cuerpo y secretos, pues mi corazón ya lo tienes...
sábado, 2 de mayo de 2015
viernes, 1 de mayo de 2015
Hay heridas
Hay heridas que tardan mucho en sanar.
Hay heridas que nunca sanan.
Las que no sanan son las que no esperabas de la gente que amas...
Y es que hay heridas que el tiempo respeta.
Hay heridas que duelen sin querer.
Hay heridas que te matan de dolor.
Las que más duelen son las que no esperabas de la gente que amas...
Y es que hay heridas que te martirizan.
Sin embargo, cuando tú me hieres, lo haces muy dentro de mí.
Parece que preparas tu potente veneno para ir directo a mi corazón,
para que penetre en mi delicado órgano de sentimientos y lo destruya desde adentro.
No encuentro justificación para tales ataques, pero sé que lo haces.
Sé que lo haces con intención, pero me duele como cuando no lo espero de la gente que amo.
Sé que el tiempo dará la razón, pero nunca sanará porque no lo espero de la gente que amo.
Y es que te amo.
Pero hay heridas que me haces y ninguno de los dos podemos evitar que me lastimen.
Te diría que es injusto, pero lo que no sabes es que al herirme te dañarás a ti.
Porque dentro de mi corazón estás tú, y terminarás siendo herida también.
El detalle es que mi corazón aún soporta una sola más de tu heridas.
Y cuando se dé por vencido, se desvanecerá contigo, porque tú no podrás contenerlas como él.
Y, aunado a eso, cuando mi amor esté por desfallecer, descubrirás que tu dolor será peor
porque yo también puedo jugar con las mismas cartas...
Hay heridas que nunca sanan.
Las que no sanan son las que no esperabas de la gente que amas...
Y es que hay heridas que el tiempo respeta.
Hay heridas que duelen sin querer.
Hay heridas que te matan de dolor.
Las que más duelen son las que no esperabas de la gente que amas...
Y es que hay heridas que te martirizan.
Sin embargo, cuando tú me hieres, lo haces muy dentro de mí.
Parece que preparas tu potente veneno para ir directo a mi corazón,
para que penetre en mi delicado órgano de sentimientos y lo destruya desde adentro.
No encuentro justificación para tales ataques, pero sé que lo haces.
Sé que lo haces con intención, pero me duele como cuando no lo espero de la gente que amo.
Sé que el tiempo dará la razón, pero nunca sanará porque no lo espero de la gente que amo.
Y es que te amo.
Pero hay heridas que me haces y ninguno de los dos podemos evitar que me lastimen.
Te diría que es injusto, pero lo que no sabes es que al herirme te dañarás a ti.
Porque dentro de mi corazón estás tú, y terminarás siendo herida también.
El detalle es que mi corazón aún soporta una sola más de tu heridas.
Y cuando se dé por vencido, se desvanecerá contigo, porque tú no podrás contenerlas como él.
Y, aunado a eso, cuando mi amor esté por desfallecer, descubrirás que tu dolor será peor
porque yo también puedo jugar con las mismas cartas...
jueves, 30 de abril de 2015
miércoles, 29 de abril de 2015
martes, 28 de abril de 2015
Sé
Sé que el día de pronto se te hace noche:
Sé que sueñas con mi amor, pero no lo dices.
Sé que soy un idiota al esperarte,
pues sé que no vendrás...
lunes, 27 de abril de 2015
Fue hace un año...
Fue hace trescientos sesenta y cinco días.
Lo recuerdo bien.
Estábamos en los andenes de aquél tren.
Los trenes en su monótona marcha.
La gente en su triste andar.
Los guardias en su ardua labor.
Los vendedores en su alborotada tarea.
Fue hace cincuenta y dos semanas.
Lo recuerdo bien.
Estábamos tú y yo bajo el atardecer de ese despejado día.
Abrazados, mirándonos, sabiendo que lo que venía era inminente.
Teníamos problemas encima de nuestras cabezas, soportados por nuestros cansados hombros.
Teníamos miedo, duda y confusión por lo que nos depararía el destino y marcaría nuestro futuro.
Aún así dábamos todo el uno por el otro. Y nos amábamos. Al menos, yo a ti sí...
Fue hace doce meses.
Lo recuerdo bien.
Me pediste tiempo para vivir tu vida.
Me pediste tiempo para aclarar tus sentimientos.
Me pediste tiempo para salir con otros tipos.
Me pediste tiempo para amar a otras personas.
Me pediste tiempo para olvidarme...
Fue hace cuatro estaciones.
Lo recuerdo bien.
Me pediste muchas cosas, pero la verdad, me pediste lo imposible:
Me pediste dejar de amarte y hacer como si nada.
Me pediste ignorar a mi corazón y mi mente y fingir que lo nuestro nunca pasó.
Me pediste aceptar que el amor que te ofrecía, no era correspondido.
¿Quieres saber qué fue lo peor de todo?
Fue hace un año.
Lo recuerdo bien.
Fue hace apenas un año, que yo acepté...
Lo recuerdo bien.
Estábamos en los andenes de aquél tren.
Los trenes en su monótona marcha.
La gente en su triste andar.
Los guardias en su ardua labor.
Los vendedores en su alborotada tarea.
Fue hace cincuenta y dos semanas.
Lo recuerdo bien.
Estábamos tú y yo bajo el atardecer de ese despejado día.
Abrazados, mirándonos, sabiendo que lo que venía era inminente.
Teníamos problemas encima de nuestras cabezas, soportados por nuestros cansados hombros.
Teníamos miedo, duda y confusión por lo que nos depararía el destino y marcaría nuestro futuro.
Aún así dábamos todo el uno por el otro. Y nos amábamos. Al menos, yo a ti sí...
Fue hace doce meses.
Lo recuerdo bien.
Me pediste tiempo para vivir tu vida.
Me pediste tiempo para aclarar tus sentimientos.
Me pediste tiempo para salir con otros tipos.
Me pediste tiempo para amar a otras personas.
Me pediste tiempo para olvidarme...
Fue hace cuatro estaciones.
Lo recuerdo bien.
Me pediste muchas cosas, pero la verdad, me pediste lo imposible:
Me pediste dejar de amarte y hacer como si nada.
Me pediste ignorar a mi corazón y mi mente y fingir que lo nuestro nunca pasó.
Me pediste aceptar que el amor que te ofrecía, no era correspondido.
¿Quieres saber qué fue lo peor de todo?
Fue hace un año.
Lo recuerdo bien.
Fue hace apenas un año, que yo acepté...
domingo, 26 de abril de 2015
Me acuerdo
Me acuerdo cuando te entregaste a mí.
Me acuerdo cuando me aferraba yo a ti.
Me acuerdo los dos soñando, en una noche de pasión.
No me escuchas, no me miras, se remuerde mi corazón.
Me acuerdo cuando me aferraba yo a ti.
Me acuerdo los dos soñando, en una noche de pasión.
No me escuchas, no me miras, se remuerde mi corazón.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)